La glándula tiroides, situada en el cuello, regula varias funciones en el organismo. Participa en la producción de las hormonastiroxina (o T4) y triyodotironina (o T3), que regulan el metabolismo y afectan al funcionamiento de otros sistemas del cuerpo. Para la formación de estas hormonas es imprescindible el yodo, que se obtiene de la ingesta dietética. Cuando la tiroides funciona de manera normal, no es necesario pensar en una dieta específica. Sin embargo, en ocasiones esta glándula sufretrastornos: produce más hormonas de las que debería (hipertiroidismo) o menos de las necesarias (hipotiroidismo). En estos casos, la alimentación desempeña un papel fundamental. A continuación ofrecemos recomendaciones dietéticas para ambas situaciones, si bien es imprescindible contar con la ayuda de un dietista nutricionista.
Hipertiroidismo y bajo peso: recomendaciones dietéticas
Se habla de hipertiroidismo cuando la glándula está muy estimulada y se produce mayor cantidad de hormonas tiroideas de las necesarias. El exceso de hormona tiroidea puede provocar, entre otros efectos, un estado de catabolismo en el organismo y, en consecuencia, pérdida de peso y de masa muscular. En estos casos la dietadebe ser equilibrada y a la vez muy energética. A continuación se reseñan ejemplos sobre cómo enriquecer la dieta en calorías y proteínas.
Lácteos (leche, yogur y queso):
Proteicos (huevos, carnes y pescados):
Aceites y grasas:
Frutos secos:
Azúcar, miel, pan y galletas:
Hipotiroidismo y aumento de peso: recomendaciones dietéticas
Existe hipotiroidismo cuando se produce una disminución de producción de hormonas tiroideas. El hipotiroidismo suele acompañarse de fatiga, cansancio, caída del cabello, somnolencia y, aunque no existe una relación causa-efecto demostrada, sobrepeso u obesidad. El tratamiento del hipotiroidismo consiste en la administración de hormonas tiroideas por vía oral, y debe ser controlado periódicamente por el médico endocrino.
En estos casos, es imprescindible realizar una alimentación equilibrada y variada, es decir que cada día se ha de comer alimentos de todos los grupos: lácteos, verdura cruda o cocida, fruta, alimentos proteicos (carne, pescado y huevos), cereales y féculas (pan, patatas, arroz, legumbres, pasta, etc.), además de controlar los alimentos grasos (aceites y grasas animales).
Se debe evitar alimentos ricos en grasa, azúcares y calorías. Por ejemplo:
En paralelo, es preciso potenciar alimentos ricos en fibra y pobres en grasas. Por ejemplo:
Déficit de yodo y función tiroidea
El déficit de yodo puede afectar a la producción de hormonas tiroideas y provocar por tanto hipotiroidismo y bocio (aumento de tamaño de la glándula tiroides). Aunque la deficiencia de yodo ha mejorado mucho, todavía no ha sido erradicada por completo.
El yodo se encuentra en la superficie de la tierra y de ahí pasa los vegetales cultivados. Por tanto, los vegetales cultivados en tierras pobres en yodo pueden contener escasa cantidad de este mineral. Los alimentos procedentes del mar, como pescados, mariscos y algas marinas, son ricos en yodo. Hoy en día los lácteos son también una fuente de este mineral, puesto que se usan piensos enriquecidos en yodo para la alimentación animal. La sal marina pierde el yodo durante su proceso de elaboración; por tanto, a menos que sea enriquecida, no será una fuente de este mineral.
La estrategia más eficiente para erradicar la deficiencia de yodo es la llamada yodación universal de la sal, mediante leyes que regulan la yodación de toda la sal de consumo humano y animal. Esta estrategia estárecomendada por la Organización mundial de la Salud (OMS).
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