viernes, 8 de agosto de 2014

¿Por qué me mareo? ¿Por qué tengo vértigos?

  • Todos hemos sentido alguna vez que el entorno gira y estamos a punto de caer. Pero esa sensación de vértigo o mareo no responde siempre a la misma causa. Descubre qué tipos hay y cómo se tratan.
¿Por qué me mareo?La cabeza en las nubes, los pies inestables, la sensación de que caemos, todo ello acompañado (o no) de náuseas o pitido en los oídos... ¿Qué decimos en estos casos? Normalmente “estoy mareada”. Pero nos equivocamos, porque “mareos”, para nuestro médico, no hay más que uno. 

Su nombre técnico es cinetosis y es muy fácil de reconocer porque nos recuerda a esos viajes en coche kilométricos de las vacaciones infantiles:
 lo que sentíamos en ese coche, era un mareo de manual de Medicina y solía ir aderezado con palidez, náuseas, sudoración y malestar. Después nos encontraríamos ante el vértigo, que es la sensación de que todo se mueve o de que nosotros nos movemos cuando en realidad todo sigue en su sitio. Y por último, está la inestabilidad, que es el trastorno en la marcha, la sensación de que nos vamos a caer o que caminamos de forma insegura. 

Todos estos síntomas son muy frecuentes 
(una de cada tres personas mayores de 60 años tendrá un problema de equilibrio), pero se trata de síntomas, no de una enfermedad. Por eso hay que investigar las verdaderas causas que los provocan: “A lo que el paciente considera importante hay que darle importancia. Porque si la sensación de mareo la tiene una persona que está sentada en una oficina habitualmente, a lo mejor no es muy grave, pero si se trabaja en un andamio es muy importante. A cualquier sensación de inestabilidad en el equilibrio que al paciente le llame la atención hay que prestarle atención”, explica con el dr. Nicolás Pérez, director del departamento de Otorrinolaringología de la Clínica de Navarra, que nos ayuda a repasar las posibles causas que nos llevan a decir: “Estoy mareada”. 

¿SERÁ LA TENSIÓN? 


Es la causa más habitual de mareo e identificarás fácilmente sus síntomas: te levantas de la silla o de la cama bruscamente y notas cómo se te va la cabeza. Segundos más tarde, el problema suele estar resuelto. 

¿Qué está pasando?
 

Estás sufriendo lo que en Medicina se denomina una hipotensión ortostática: una breve bajada de la presión arterial que provoca, momentaneamente, que algunas partes del cerebro (las arterias vertebrales y basilares) reciban menos riego sanguíneo y, a cambio, este nos regala una sensación bastante desagradable. “Es una causa evidente de mareo. Se confunde con una forma de vértigo muy frecuente y exige exploración”, explica el especialista. Los candidatos ideales a sufrir esta hipotensión son las personas mayores, aquellos que toman fármacos contra la hipertensión o para combatir una patología coronaria, o los que tienen de forma natural una presión arterial baja. 


¿Qué puedes hacer? 


Justo en ese momento, acostarte y esperar a que el oxígeno llegue a tu cerebro. Y apunta para la próxima vez que de la cama no se sale de un salto, sino poco a poco. Otros consejos que te pueden ayudar a que esta desagradable sensación desaparezca de tu vida son usar medias de compresión, no cruzar las piernas cuando estás sentada y poner los pies en el suelo, con las plantas bien apoyadas, varios segundos antes de levantarte. Pero si te sucede muy a menudo, consúltalo con tu médico. 

¿PUEDE SER HIPOGLUCEMIA? 


Si fuera así, sentirías mareo, la cabeza en las nubes... y un incómodo calambre en el estómago. Cuidado, porque puedes llegar a desmayarte. 

¿Qué está pasando? 


Para funcionar, el cerebro necesita azúcar, su combustible. Si te saltas una comida, el nivel de azúcar en sangre desciende bruscamente y el cerebro ya no puede funcionar a toda velocidad. Si además de saltarte comidas has decidido matarte en el gimnasio y olvidarte de los carbohidratos para conseguir el tipo de tus sueños de cara al verano... has cometido un grave error. 

¿Qué puedes hacer? 

Una vez que comienzan los síntomas, detén toda actividad física o consumirás las pocas reservas de carbohidratos que te quedan y agravarás el problema. Lo ideal es que te tumbes con las piernas en alto, te abrigues y tomes alguna bebida o comida de rápida absorción (barritas energéticas, fruta, chocolate o bebidas isotónicas) que restaure rápidamente los niveles de azúcar. Y en el futuro evita estos sustos tomando un buen desayuno que contenga hidratos de carbono complejos (muesli, cereales, pan...), cuyos azúcares se incorporan al torrente sanguíneo poco a poco, y complementa tu dieta con una merienda y un tentempié a media mañana para evitar los ayunos largos. 

¿NO SERÁ PSICOLÓGICO? 


Las situaciones emocionalmente complicadas nos pueden llevar a sufrir un ataque de pánico con un mareo incluido. Este proceso suele ir acompañado de otras sensaciones angustiosas:de cabeza vacía, de inseguridad, respiración entrecortada, sudoración, palpitaciones e incluso de temblor o flojera en las extremidades. 

¿Qué está pasando? 


Es difícil de precisar. Sin embargo, los neurólogos han descubierto que algunos de los centros de equilibrio del cerebro (la ínsula y el córtex cingulado) son también las áreas responsables de los ataques de pánico. Queda por determinar la razón que nos lleva a sufrir esa situación. “En estos casos no debemos hablar de vértigo, sino de inestabilidad de causa psicógena. Aunque en realidad, cuando afirmamos eso, no estamos diciendo nada, porque lo que hay que nombrar es la causa por la que se marea el paciente que, por lo general, es una crisis de ansiedad”, afirma el dr. Pérez Fernández. 

¿Qué puedes hacer? 


Ensaya una respiración abdominal, inhalando profundamente y con calma. A largo plazo, un consumo regular de magnesio puede ayudar a reducir la excitabilidad del sistema nervioso.Pero, si sufres ataques de pánico, ansiedad o depresión, acude al especialista. 

¿Y MI MEDICACIÓN? 


Sensación de intoxicación, visión borrosa, mareo... Si te acaban de prescribir antidepresivos o ansiolíticos, es mejor que sepas que el mareo es uno de los efectos secundarios más comunes que pueden producir. 

¿Qué está pasando? 


La familia de las benzodiazepinas ejerce una acción en el vestíbulo del oído interno que es suficiente para causar vértigos. Otros medicamentos más comunes, como los antibióticos, los diuréticos o la misma aspirina si te excedes en la dosis, también pueden provocar este efecto. “Además, todo aquello con lo que tratas la tensión arterial, o los fármacos mal tomados o mal indicados pueden desencadenar una crisis. Sin contar con las interacciones entre fármacos, que hay miles y también pueden ser las responsables de esa sensación. Por eso, lo primero que hay que indagar cuando el paciente llega a la consulta es la lista de medicamentos que está tomando”, concluye el especialista. 

¿Qué puedes hacer? 


Consulta con tu médico por si existiera algún otro fármaco disponible que no te provoque este incómodo síntoma que afecta al equilibrio. 

Buscando en el oído interno
La mayoría de los vértigos tienen su origen en esta zona del oído, donde hay tres conductos importantísimos para el equilibrio, que conforman tres ejes en el espacio, detectan los movimientos y mandan esa información al cerebro para que produzca un reflejo capaz de estabilizar la mirada y las extremidades, impidiendo que nos caigamos y consiguiendo que mantengamos buena agudeza visual. A veces, algo falla y aparece el vértigo, que puede tener múltiples causas.

Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB). 


Es la causa más común, el vértigo aparece de repente y dura menos de un minuto. Se suele asociar a un movimiento anormal de los ojos (nistagmo). “Aparece al acostarse o levantarse, girar la cabeza, extender el cuello o agacharse. Obedece a un problema del oído interno, provocado porque en uno de los conductos se ha acumulado material calcáreo del propio oído. Debemos averiguar cuál es el oído, el conducto y sacar de ahí el material con maniobras de reposición”, dice el dr. Pérez. 

Enfermedad de Ménière. 


Muy infrecuente, pero tremendamente molesta porque las crisis aparecen sin previo aviso, pueden durar horas y en ellas se pierde audición y se sufre un pitido en el oído. Cuando acaba el vértigo, la audición mejora y el ruido desaparece. “Con fármacos específicos logramos una calidad de vida satisfactoria en un 40-50% de los pacientes. Si no funcionan,se hace un tratamiento intratimpánico con cortisona o gentamicina (un antibiótico). Y si falla, se puede operar. Pero, entre la medicación y el tratamiento intratimpánico, controlamos el 90% de los casos”, afirma. 

Neuritis vestibular. 


Se sufre una crisis de vértigo brutal que dura varios días y suele ir acompañada de vómitos. “Hay que ver al especialista, para descartar que no esté pasando nada serio en el tronco y el encéfalo del paciente. Para tratarla hay que ingresarlo y darle un tratamiento con corticoides”, concluye el experto. 

Síndrome de Ramsay Hunt. 


Se produce cuando el herpes zóster infecta el nervio auditivo provocando vértigo, dolor agudo, parálisis facial, pérdida de audición y vesículas en la oreja. 
Es un síndrome complejo, poco frecuente y se trata con aciclovir.

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