lunes, 28 de julio de 2014

20 claves para no coger ni un gramo

1. Desayuna bien

Seguramente te levantarás tarde más de un día… e incluso ésos días debes desayunar algo ligero (un té y una pieza de fruta, un yogur…), no te pases más de tres o cuatro horas sin comer nada. Lo ideal es hacer un desayuno completo y abundante que te de energía para la jornada de playa, campo o visitas turísticas. Incluye carbohidratos integrales, lácteos desnatados o de soja, algo de proteínas, frutos secos, mermelada, aceite de oliva… Si eres golosa, éste es momento de darte el capricho dulce.

2. Siesta y paseo

Duerme todo lo que quieras, descansa todo lo que te apetezca y date el gusto de hacer “tumbing”, pero evítalo justo después de las comidas. Un pequeño paseo tras una comida copiosa hará que tu metabolismo se ponga a trabajar y tu digestión sea mucho mejor. Cuando te sientas más ligera, échate la siesta. Un paseo nada más levantarte, antes de desayunar, pondrá tu metabolismo a quemar calorías y hará que tu cuerpo, a falta de combustible, queme las grasas acumuladas.

3. En el chiringuito

En la playa, no hay mayor placer que tomarse una cerveza o un refresco bien frío para hidratarse y combatir el calor. Pero ojo con qué lo acompañas. Los berberechos, las gambas, las aceitunas, los pepinillos en vinagre, los mejillones, las sardinas, las ensaladas… son una buena opción. Las patatas fritas, los frutos secos (un puñadito y naturales, perfecto), las hamburguesas, los bollos, los fritos… son una mala idea. Procura que tus tentempiés sean lo más sanos posibles, no abuses del alcohol ni del pan en las comidas.

4. El postre, de merienda

En vacaciones vas a estar muy tentada de terminar la comida o la cena con un postre dulce que al final podría desestabilizar tu línea. No renuncies a los caprichos pero sé inteligente: tómate ese helado o ese dulce de merienda, date un baño o un paseo después y seguirás en equilibrio calórico. De postre lo ideal es una fruta, un yogur o una infusión. De los licores y chupitos, mejor prescinde.

5. Mucha fruta

Con el calor, sobre todo si estás bajo el sol, tu cuerpo te va a pedir hidratación extra. La fruta es la mejor opción para reponer líquidos, vitaminas y minerales sin aportarte calorías extra. Además, tomarla entre horas te hará llegar con el hambre justa a las comidas. Tomarla entre horas en lugar de en el postre también hará más ligeras tus digestiones.

6. Mucho gazpacho

En verano, es el entrante perfecto e incluso un tentempié ideal para tomar a media mañana. Cargado de vitaminas y súper hidratante, puede ser una opción perfecta como bebida en el chiringuito. Si quieres hacerlo aún más ligero, prepáralo en casa sin pan y añádele comino para que sea más digestivo.

7. Muchas ensaladas

Son el plato estrella en verano, una fuente inmejorable para conseguir las vitaminas, minerales y antioxidantes que tu cuerpo necesita. Tómalas siempre de primero o como plato único añadiendo carbohidratos (arroz, patata, pasta) o proteínas saludables (pollo, huevo, salmón, queso, frutos secos). Pero cuidado, no pretendas bajar de peso a base de ensaladas de lechuga.

8. Helados de hielo

Si son artesanos, los helados son un alimentos nutritivo y saludable, pero también muy calórico (recuerda la norma de tomarlos entre horas y dando un paseo). Si no puedes resistirte, elige los polos de hielo o los tipo sorbete, sobre todo si los vas a tomar como postre. Una gran idea es hacerlos tú misma en casa con zumo o té helado.

9. Cenas tardías

En verano es normal saltarse los horarios y comer a deshora, pero intenta respetar siempre una máxima: no cenar justo antes de irte a la cama. Y si encima la cena ha sido copiosa, espera al menos una hora antes de acostarte y, si es posible, da un paseo antes para hacer la digestión y quemar algunas calorías.

10. Comidas equilibradas

Siguiendo con el descontrol horario y de comidas típico del verano, puede que acabes llevando una dieta desequilibrada en nutrientes esenciales que pueden hacerte no sólo engordar sino acabar con una piel seca y un pelo apagado. Procura que al final del día hayas ingerido alimentos de todos los grupos: vegetales, frutas, carbohidratos, proteínas y grasas saldables.

11. No pases hambre

Mantener la línea a base de no comer no es una buena idea. Las ensaladas y la fruta son alimentos estupendos, pero no pueden ser lo único que comas, sobre todo en una jornada de playa o piscina bajo el sol. Tenlo claro: pasando hambre lo único que conseguirás es darte un atracón más tarde y a base de cosas poco saludables y calóricas. Procura comer cada 3 ó 4 horas pequeñas cantidades de alimentos sanos. Es mejor comerse un filete a tiempo que un montón de frutas para engañar el hambre y, al final del día, un montón de dulces.

12. Cuidado con las resacas

Después de una noche de fiesta, cuando te has pasado bebiendo y has dormido poco, el cuerpo tiene una gran necesidad de glucosa: te apetece comer hamburguesas, patatas fritas, dulces y todas esas cosas que te engordan y no te alimentan. Para evitarlo, nada más levantarte bebe abundante agua y luego desayuna bien. Toma zumos de tomate o gazpacho para reponer líquidos y haz una comida consistente en la que no falten hidratos de carbono sanos (pasta integral, paella, ensalada de patatas cocidas o legumbres) para quitarte la sensación de hambre y saciarte.

13. Camina

Aprovecha que estás de vacaciones para olvidarte del coche y andar, será el mejor ejercicio para mantener tu línea e incluso bajar de peso sin darte cuenta. Haciendo turismo en otra ciudad o país, en la playa, en el campo o en tu propia ciudad, intenta ir andando a todas partes. Si caminas cada día, compensarás los posibles excesos gastronómicos y al final de verano lo notarás positivamente en tu línea.

14. Cuidado con los cócteles

El mar, la puesta del sol, el chiringuito, la música, los mojitos, las cervezas… Todo invita a beber más alcohol, incluso a diario, y no te olvides de que se trata de calorías vacías que se almacenan directamente en forma de grasas. En especial, los mojitos llevan una gran cantidad de azúcar, así que procura no tomarte más de uno, elegir otro cóctel más ligero o tomarte un zumo natural sin alcohol.

15. Gimnasios naturales

Si te vas de vacaciones a la playa o la montaña, estás de suerte, se trata de auténticos gimnasios naturales. Todo invita a caminar, a moverte, a hacer excursiones, a bañarte, a jugar… lo que se traducirá en una importante cantidad de actividad física cada día. En el mar, no pierdas la oportunidad de caminar por la orilla y darte largos baños en el mar: andar sobre la arena tonificará tus piernas y bañarte con olas te hará gastar muchas calorías.

16. Vacaciones activas

Si tienes opción y te gusta el deporte, aprovecha las vacaciones para hacer un curso de kite, de surf, de windsurf, para montar a caballo, en bici o hacer trekking. El ejercicio al aire libre será un estímulo magnífico para entrenar de forma placentera, y el resultado se notará tanto en tu cuerpo como en tu mente. Si estás en un hotel, no te pierdas las clases de aquagym, y si tienes la opción de hacer yoga, no te lo pienses dos veces.

17. Baila por las noches

Seguro que en vacaciones vas a aprovechar para salir por las noches. Cena abundante, postre y copas o cócteles después. No hay problema a no ser que te quedes sentada toda la noche, en cuyo caso todas esas calorías extra podrán almacenarse tranquilamente en tu cuerpo. Compensa todos estos excesos bailando, no sólo mantendrás la línea sino que liberarás gran cantidad de endorfinas que te harán sentir de maravilla.

18. Curso de yoga

Si aún te da tiempo, toma clases de yoga para aprender algunas secuencias básicas que luego podrás hacer tú misma en vacaciones. Te recomendamos el Hatha Yoga, cuyo calentamiento (los saludos al sol) puedes hacer después en cualquier lugar, sólo necesitarás una esterilla. Un libro o algún vídeo de yoga podrán inspirarte también. Pssst. No te pierdas el placer de hacer yoga y meditar con la puesta de sol en el mar o la montaña.

19. Ejercicio matinal

Si de verdad quieres mantener el tipo en vacaciones, hay una norma de entrenamiento infalible: hacer ejercicio nada más levantarte. Bebe un vaso de agua tibia y sal a caminar, a correr o haz yoga. No sólo despertarás a tu cuerpo sino a tu metabolismo, que empezará ya a quemar calorías, proporcionándote una gran ventaja respecto a las comidas que hagas después.

20. No te prohíbas nada

Estás de vacaciones, ya has hecho bastantes esfuerzos y sacrificios durante el año como para pasar hambre o negarte caprichos en verano. Si sigues la ley de la compensación alimenticia y pones en práctica los consejos que te hemos dado, podrás permitirte comer esas cosas que tanto te gustan. Contenerte no hará más que ponerte de mal humor y hacer que al final te des un atracón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario