miércoles, 9 de julio de 2014

Fiestas y eventos: ¿Por qué no hay que llegar con el estómago vacío?

Hacer dieta al precio de cortar tu vida social para evitar las tentaciones es una estrategia de adelgazamiento destinada al fracaso. La solución es llegar a las celebraciones sin hambre de lobo. Come algo antes de salir para aumentar tu fuerza de voluntad y darte algunos gustos sin pasarte. 



Cuando los festines tienen lugar de vez en cuando, ni la salud ni la dieta sufrirán por sucumbir a un exceso de calorías. Pero cuando los eventos sociales se multiplican, hay que entrenarse en la práctica del auto control.

Antes de salir de casa

Lo primero que hay que hacer, según recomienda la nutricionista, es comer un tentempié antes de salir de casa. Estos son algunos de sus refrigerios preferidos:
  • Una ensalada de hojas verdes y un puñado de frutos secos
  • Un sándwich pequeño de pechuga de pavo con galletas o pan integrales
  • Un huevo duro y una rebanada de pan integral
  • Rodajas de manzana para mojar en crema de cacahuete (una cucharada)
  • Galletas integrales y guacamole
  • Un trozo pequeño de queso desnatado con 4 o 6 galletas integrales
  • Zanahorias y hummus
Todo esto se puede acompañar de un vaso de leche desnatada (para añadir proteína que ayudará a satisfacer el apetito). "Un estudio reciente realizado en Australia -explica McIndoo- mostró que quienes bebían leche en vez de una bebida con hidratos de carbono, como zumos de frutas, ingerían menos calorías en la siguiente comida".

Una vez en la fiesta

Una vez en la fiesta las posibilidades dependerán de lo que se ofrezca de comer y de beber. Si se sirven ensaladas, un truco es pedir la vinagreta aparte, en un pequeño bol, y mojar en ella cada bocado de ensalada. De esta manera se consume menos vinagreta y, por lo tanto, menor número de calorías. "Tomar un primer plato de comida de baja energía y alta densidad (pocas calorías en mucha cantidad), como es el caso de las ensaladas, ayuda a comer menos".
El tentempié tomado en casa y ya fuera de casa, una ensalada como primer plato, mantendrán el apetito bajo control.
Tanto en una cena formal como en un bufé, además de ensaladas, crudités y frutas (pocas calorías en mucha cantidad) hay que escoger carnes magras y platos preparados al vapor o al horno, escapando de los fritos. "Sírvete siguiendo la regla del 50-25-25. Llena la mitad del plato con verduras y frutas, un cuarto con carnes magras y el cuarto restante, con cereales o alimentos que contengan almidón". (NdA: Como batatas, patatas o arroz). "Lo único que puedes repetir son las verduras y las frutas". Y más allá del tipo de dieta que se siga, "permítete una pequeña porción de postre si lo deseas, así no sentirás tanto antojo", aconseja la experta.
Si estamos invitados a una cena o una fiesta nocturna, un consejo de oro es no ayunar o pasar hambre durante el día para ponerse las botas por la noche. "No hay que saltarse comidas -repite una y otra vez la nutricionista. Cuando lo haces, el organismo "reserva" el apetito para la siguiente comida. Terminarás comiendo alimentos más altos en grasa y calorías y, al final, engordarás".
La solución es respetar las comidas principales y los tentempiés durante el día, reduciendo el tamaño de las porciones en un tercio pero sin sacrificar la variedad.
Cuando se trata de una reunión informal en la que todos los invitados aportan algo, una buena idea es llevar una comida saludable y dietética de la que se podrá comer sin sabotear la dieta. "Un gran bol de arroz integral con verduras picadas y frutos secos no solo es un plato bajo en grasa y calorías, sino que está lleno de vitaminas y de fibra que te saciará", aconseja McIndoo.

¿Cómo lidiar con las bebidas en una fiesta?

Parar en el bar antes de comer es, según McIndoo, "la fórmula para el desastre" cuando se sigue una dieta de mantenimiento o para adelgazar. "Varios estudios han demostrado que beber alcohol antes de comer lleva a consumir más calorías durante la comida. Un estudio, en concreto, mostró que las personas ingerían 30% más de calorías cuando ingerían una bebida alcohólica". La explicación es que el alcohol, además de añadir unas 200 calorías por vaso,  estimula el apetito. "Bebe agua carbonatada o refrescos light y reserva el alcohol para acompañar la comida". Otro truco es beber abundante agua antes de salir de casa. "Si llegas sediento a la fiesta es muy probable que vayas directo al bar y pidas una cerveza", advierte la experta.
Estela Estrada 



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